jueves, 3 de abril de 2014

VIDA DEL GRECO


EL GRECO from Maria Gabriela Silva



El Greco (que quiere decir el griego) nació en 1541 en Candía, Creta, que por aquel entonces pertenecía a la república de Venecia. Su nombre era el de Domenikos Theotokopoulos. Poco se sabe de los detalles de su infancia y aprendizaje pero posiblemente estudió pintura en el pueblo en que nació. 
A pesar de que sus primeras obras no han llegado hasta nosotros, probablemente pintó en un estilo bizantino tardío, como era habitual en Creta en aquella época. En obras posteriores aún pueden observarse reminiscencias de ese estilo. 
El Greco era un hombre de gran erudición, aficionado a la literatura clásica y a la de su época desde joven. 
Alrededor del año 1566, El Greco se trasladó a Venecia, donde permaneció hasta 1570. Recibió una gran influencia de Tiziano y Tintoretto, dos de los grandes maestros del renacimiento. 
Después marchó a Roma donde  conoció a varios españoles relacionados con la catedral de Toledo y quizá fueron ellos los que le persuadieron para que viajara a España. En 1576 dejó Italia y, tras una breve estancia en Malta, llegó a Toledo en la primavera de 1577
Pronto recibió el primer encargo de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo y se puso a trabajar en La Trinidad (c.1577-1579, Museo del Prado, Madrid).
La labor de El Greco como retratista fue muy significativa. Uno de los máximos exponentes de esa labor es el famoso cuadro El caballero de la mano en el pecho (c.1577-1584, Museo del Prado). 
Trabajó también para la catedral de Toledo, El expolio (c.1577-c.1579), obra hecha para la sacristía, presenta una espléndida imagen de Cristo con una túnica de un rojo intenso, rodeado por los que le han prendido. 

En 1586 pintó una de sus obras maestras, El entierro del conde de Orgaz, para la iglesia de Santo Tomé de Toledo. Esta obra, que aún se conserva en su lugar de origen, muestra el momento en que san Esteban y san Agustín introducen en su tumba (actualmente justo debajo del cuadro) a ese noble toledano del siglo XIV.  
El Greco gozó de una excelente posición. Tenía en Toledo una gran casa en la que recibía a miembros de la nobleza y de la elite intelectual, como el poeta Luis de Góngora. 

 Pintó también algunos cuadros de la ciudad de Toledo, como Vista de Toledo.
Murió en Toledo el 7 de abril de 1614 y fue enterrado en la iglesia de santo Domingo el Antiguo. 

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